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El secuestro o traslado ilícito de niños por parte de sus propios padres o de cualquier otro adulto, sin el consentimiento por parte del niño, es también una forma de violencia, aquí se derivan múltiples formas y causas
Puede consistir para:
Este tipo de violencia es fácil de detectar por el simple hecho de arrebatar u obligar al menor irse a un lado que el no ha dado el consentimiento. En ocasiones se ocupa el chantaje y en otras con más frecuencia la Violencia Física
Te jalonea o carga para llevarte a un lado
Te obliga a subirte a un vehículo con amenazas y gritos
Te quiere dar objetos de tu interés como dulces, juguetes o dinero a cambio que aceptes irte con el/ella
Te engaña mencionando un lugar donde aceptas ir y termina siendo otro
Utiliza sustancias o medicamentos para dormirte y apareces en otro lado
Te amenaza con hacerte daño a ti o a un familiar si no vas a donde quiere
Estos son algunos ejemplos, existen muchas más razones para detectar el secuestro y muchos más elementos para determinar que es y cuando se emplea el abuso hacia el menor dañando su integridad psicológica, física e incluso su vida
En temas de secuestro la prevención es un tema difícil, para ello primero debemos recurrir a los problemas de los padres o tutor y otro en terceros, por la sustracción de menores con fines en trata de niños/niñas, venta de órganos, prostitución entre otros, los puntos que pueden ser fundamentales para detectar y luego visualizar las posibles formas de prevenirlo
No andar solo por las calles, mucho menos de noche
Hacer caso omiso cuando un adulto extraño quiere que lo acompañen a un lado
No consumir, dulces o bebidas que ofrezcan los extraños y que sean de dudosa procedencia
Al momento de sentir jaloneos o violencia física para obligarnos a subir algún vehículo, pedir auxilio y/o gritar para llamar la atención
No subir fotos de los menores de edad en redes sociales o publicidad que afecte y/o muestre al menor
Dejar siempre en claro al menor quien o quienes pueden ir a visitarlo o acompañarlo para que el menor identifique a las personas de confianza
Dar credibilidad al menor de cualquier denuncia o acusación
El secuestro o traslado ilícito de niños por parte de sus propios padres o de cualquier otro adulto, sin el consentimiento por parte del niño, es también una forma de violencia, aquí se derivan múltiples formas y causas
Puede consistir para:
Este tipo de violencia es fácil de detectar por el simple hecho de arrebatar u obligar al menor irse a un lado que el no ha dado el consentimiento. En ocasiones se ocupa el chantaje y en otras con más frecuencia la Violencia Física
Te jalonea o carga para llevarte a un lado
Te obliga a subirte a un vehículo con amenazas y gritos
Te quiere dar objetos de tu interés como dulces, juguetes o dinero a cambio que aceptes irte con el/ella
Te engaña mencionando un lugar donde aceptas ir y termina siendo otro
Utiliza sustancias o medicamentos para dormirte y apareces en otro lado
Te amenaza con hacerte daño a ti o a un familiar si no vas a donde quiere
Estos son algunos ejemplos, existen muchas más razones para detectar el secuestro y muchos más elementos para determinar que es y cuando se emplea el abuso hacia el menor dañando su integridad psicológica, física e incluso su vida
En temas de secuestro la prevención es un tema difícil, para ello primero debemos recurrir a los problemas de los padres o tutor y otro en terceros, por la sustracción de menores con fines en trata de niños/niñas, venta de órganos, prostitución entre otros, los puntos que pueden ser fundamentales para detectar y luego visualizar las posibles formas de prevenirlo
No andar solo por las calles, mucho menos de noche
Hacer caso omiso cuando un adulto extraño quiere que lo acompañen a un lado
No consumir, dulces o bebidas que ofrezcan los extraños y que sean de dudosa procedencia
Al momento de sentir jaloneos o violencia física para obligarnos a subir algún vehículo, pedir auxilio y/o gritar para llamar la atención
No subir fotos de los menores de edad en redes sociales o publicidad que afecte y/o muestre al menor
Dejar siempre en claro al menor quien o quienes pueden ir a visitarlo o acompañarlo para que el menor identifique a las personas de confianza
Dar credibilidad al menor de cualquier denuncia o acusación